Los 10 lugares que no pueden faltar en la galería de tu móvil cuando vuelvas de Berlín están en este #Top10.
Si en París está el Arco de Triunfo, en Berlín tienes La Puerta de Brandemburgo. Una antigua puerta de entrada a la ciudad que ha terminado por convertirse en su símbolo más reconocido. Con nuestro tour en bici por Ámsterdam podrás disfrutar de este monumento y de muchos otros más.
Imprescindible subir a su cúpula para obtener unas vistas únicas de Berlín. Diseñada por Norman Foster, simboliza la reunificación alemana y es otro de los iconos de la ciudad.
Los restos del muro de Berlín fueron convertidos en una galería de arte al aire libre con más de 1.316 metros y sus graffitis están realizados por artistas de todas las nacionalidades. Cuando veas a un montón de turistas con el móvil en la mano sabrás que has llegado al famoso mural del beso.
Más de 2.711 bloques de hormigón de diferentes alturas componen esta joya arquitectónica en memoria de los judíos asesinados en Europa. Un espacio al aire libre que inspira la reflexión y que busca mantener vivo el recuerdo de uno de los episodios más oscuros de la humanidad.
Con 368 metros de altura, es en la actualidad el edificio más alto de Alemania. Fue construida en 1969 para mostrar la superioridad del comunismo sobre el capitalismo. Desde su mirador podrás disfrutar de una de las mejores panorámicas de la Berlín.
Se trata del edificio religioso más representativo de la ciudad. Una mezcla suntuosa de estilos arquitectónicos de diferentes épocas con destacados mosaicos ornamentales y esculturas de oro el interior del templo. Uno de los monumentos de Berlín que no te puedes perder.
La Iglesia neorrománica Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche fue bombardeada durante los ataques aliados en la II Guerra Mundial. En 1950 se hicieron planes para demolerla, pero los ciudadanos se negaron y finalmente se tomó la decisión de crear un monumento conmemorativo para recordar la insensatez de la guerra.
El edificio fue construido en el siglo XVII como residencia de veraneo para Sofía Carlota, la esposa de Federico III. Recorrer sus estancias es viajar en el tiempo. El palacio gusta, pero sus enormes jardines enamoran.
Uno de los mejores ejemplos del neoclasicismo alemán. Este edificio fue construido para conmemorar la derrota sobre las tropas napoleónicas y celebrar la liberación de Berlín. En su interior, destaca la solitaria escultura de una madre que sostiene en sus brazos a su hijo fallecido.
Con el declive de la II Guerra Mundial, comenzaron a construirse en Berlín una serie de túneles y búnkeres que pudiesen servir de refugio. Si no tienes claustrofobia, te animamos a descubrir la ciudad subterránea y las historias que ocurrieron entre sus muros.